¿Cómo funciona la terapia con láser de neuralgia del trigémino?

La neuralgia del trigémino se caracteriza por la disfunción del nervio trigémino (nervio craneal V), que transporta información sobre la sensibilidad de la cara al cerebro. Su disfunción causa episodios de dolor intenso y punzante que dura de unos pocos segundos a minutos.
La neuralgia tiene dos formas: idiopática, de origen desconocido y generalmente crónica y secundaria, generalmente causada por un trauma de origen dental, como extracción, tratamiento endodóntico o incluso prótesis mal adaptadas. Independientemente del tipo de neuralgia, este tipo de compromiso generalmente es refractario a los tratamientos convencionales y el tratamiento con láser es una opción clínicamente muy efectiva y sigue siendo una técnica no invasiva sin efectos secundarios.
El diagnóstico se realiza con base en el informe del paciente junto con su historial clínico, buscando mapear las posibles causas y síntomas. Se deben considerar aspectos como los factores desencadenantes del dolor (por ejemplo, frío, masticación, agua helada, etc.). A continuación, buscamos averiguar qué rama del nervio se ve afectada en la región cuyo paciente tiene síntomas dolorosos. Los puntos de activación no siempre se detectan fácilmente en estos casos, pero son los puntos de dolor intenso que el paciente puede identificar.
La terapia con láser actúa para promover la analgesia mediante la curación de la fibra nerviosa lesionada o la recuperación del umbral nervioso alterado.
La acción beneficiosa del láser se asocia con su efecto antiinflamatorio y analgésico local al modular la disfunción del haz nervioso (que es lo que caracteriza la enfermedad). El umbral de transmisión nerviosa vuelve a la normalidad y se evitan las crisis dolorosas características de la neuralgia.
La aplicación debe realizarse a lo largo del camino del nervio afectado, puntualmente, con una distancia de 1 a 1,5 cm entre los puntos con los siguientes parámetros:
– Láser a longitud de onda infrarroja (808 nm), densidad de energía entre 1 y 2 J. Para evitar la neuroplasticidad nerviosa, donde la fibra óptica se acostumbra al estímulo, la dosis irradiada debe cambiarse cada 4 sesiones. aproximadamente Por lo tanto, el tratamiento debe comenzar con una energía más baja por punto, aumentando gradualmente hasta alcanzar la dosis máxima (que se fijará cuando llegue la décima sesión). Si la lesión persiste, se debe tomar el camino inverso, esta vez disminuyendo la dosis por puntos gradualmente.
En general, habrá de 10 a 20 sesiones que se pueden realizar de 2 a 3 veces por semana (teniendo cuidado de dar un mínimo de 24 horas entre una aplicación y otra).
Además, para que los efectos del láser sean significativos, es muy importante no asociar el tratamiento con CARBAMAZEPINA (TEGRETOL). Si el paciente ya lo está usando, uno debe reducir gradualmente la medicación.